Una vivienda bioclimática debería de estar planificada de forma tal que pueda adaptarse a las condiciones climáticas del lugar. En invierno debería absorber y retener la energía del sol durante el día para utilizarla cuando se requiera, y en el caso de lugares con clima cálido, debería ser capaz de reflejar la radiación solar.
Estas son algunas de las estrategias de arquitectura bioclimática que podrían aplicarse dependiendo de las condiciones climáticas específicas de cada zona.
clima cálido
- Diseñar la disposición y orientación del edificio a fin de aprovechar al máximo la luz del sol y la ventilación natural.
- Utilizar parasoles en las ventanas para protegerlas de los rayos solares directos.
- Emplear colores claros y materiales que tengan una capacidad térmica baja en los elementos utilizados para proteger las ventanas del sol, como celosías o persianas exteriores.
- Aprovechar al máximo la ventilación natural y el enfriamiento estructural nocturno para reducir el consumo energético para refrigeración.
- La estructura del edificio debe facilitar la ventilación natural. Los elementos básicos serían las ventanas opuestas para permitir la ventilación cruzada.
clima FRÍO
- Colocar material aislante en las puertas que están revestidas con placas a fin de mejorar el aislamiento térmico y acústico. El aislamiento puede ser de diferentes tipos, tales como, espuma de poliuretano, fibra de vidrio o lana mineral.
- Instalar materiales aislantes adecuados a la envolvente, con especial atención en los edificios existentes para evitar problemas de condensación intersticial. Se recomienda utilizar materiales aislantes equilibrados, tales como el poliestireno extruido o el vidrio celular y colocarlos cerca de la cara fría o complementarlos con una barrera de vapor.
- Cerrar cualquier tipo de abertura que pueda permitir el escape del aire caliente durante el invierno.
clima Cálido o frío
- Emplear materiales de construcción sostenibles con baja huella de carbono.
- Integrar sistemas de energía renovable.
- Utilizar burletes en puertas y ventanas para reducir el ingreso o salida del aire a fin de garantizar aislamiento térmico y acústico en el interior, reduciendo así la pérdida de calor cuando se sienta frío y el ingreso de aire caliente en días cálidos.
- Reducir o eliminar los puentes térmicos entre paredes y pisos. A través de los puentes térmicos el calor puede escapar o entrar con mayor facilidad, por lo que se deben aplicar técnicas de diseño y construcción para minimizar los puntos de contacto entre paredes y pisos, tales como, aislamiento por el exterior, eliminación de hornacinas o capialzados y carpinterías compactas (alrededor del 20% de la energía que un edificio pierde se escapa a través de los puentes térmicos).
- Hacer uso estratégico de la vegetación alrededor del edificio para aprovechar sus beneficios en diferentes estaciones del año (sombra, mejora de calidad del aire, reducción de la erosión del suelo, entre otros).
- Incorporar sistemas de calefacción y refrigeración que utilicen bombas de calor, especialmente en lugares donde los inviernos son prolongados.
- Implementar sistemas de monitoreo y gestión del consumo.
En conjunto, estas medidas conllevan una menor necesidad de sistemas de calefacción y refrigeración, lo cual se traduce en un menor consumo de energía para mantener el confort térmico, además, contribuyen a minimizar el impacto ambiental de la edificación y promover el bienestar de sus ocupantes.
Fuentes consultadas:
Manual de Arquitectura Bioclimática y Sustentable, Guillermo Gonzalo.
Arquitectura bioclimática en un entorno sostenible, Javier Neila.
