Se deben cumplir una serie de requisitos en tres categorías: energía, agua y materiales. En la categoría de energía, se debe demostrar que el edificio residencial consume un 20% menos de energía que un edificio convencional. En la categoría de agua, se debe reducir el consumo de agua en un 20% y en la categoría de materiales, se deben utilizar materiales de construcción sostenibles y reciclados.