¿Qué es un edificio resiliente?
Un edificio resiliente es aquel que puede enfrentar y recuperarse tras una situación de desastre, manteniendo la seguridad y la funcionalidad para sus ocupantes. Estos edificios están diseñados para resistir fenómenos naturales extremos y otras adversidades, y están equipados con sistemas eficientes que aseguran su operatividad y adaptabilidad en situaciones de emergencia.
¿Cómo crear un edificio resiliente?
Las estrategias a considerar dependerán del nivel de amenaza que se enfrente. Una de las formas es priorizando estos cuatro elementos:
Robustez: El edificio debe ser capaz de seguir operando ante situaciones de crisis.
Ingenio: Depende en gran medida del diseño del edificio, el cual debe minimizar la dependencia de recursos externos y permitir la flexibilidad en momentos críticos.
Recuperación acelerada: Es un aspecto crucial en el diseño de sistemas de construcción que puedan resistir daños y continuar operando después de que la amenaza inmediata haya pasado. Comprende planes de contingencia bien elaborados, operaciones de emergencia efectivas y los medios para movilizar a las personas y recursos a los lugares adecuados.
Redundancia: Consiste en duplicar los componentes del sistema de construcción para que respalden a los originales en caso de fallos. Pueden incluir generadores de respaldo, equipos de calefacción y refrigeración primarios, fuentes alternativas de agua y sistemas de servicios públicos.
Asimismo, estos cinco pasos te guiarán en la planificación de edificios verdes y resilientes:
- Recopila información exhaustiva sobre el clima actual y futuro. Esto te permitirá definir los requisitos preliminares más adecuados para la adaptación, demanda energética y confort del edificio.
- Ten en cuenta las condiciones del sitio para identificar y priorizar las estrategias de adaptación, diseño arquitectónico bioclimático pasivo, y las estrategias activas y de eficiencia energética más adecuadas.
- Evalúa los materiales disponibles en el mercado, priorizando aquellos con bajo impacto energético y ambiental.
- Analiza la demanda energética restante y determina la necesidad de incorporar sistemas de generación de energía renovable en el sitio.
- Considera otros aspectos que reducen el impacto operativo de los edificios, como la eficiencia en el uso del agua, la gestión de aguas residuales y de residuos sólidos, entre otros.
Ejemplos de estrategias de adaptación al cambio climático
En un contexto de sequía y escasez de agua, se pueden incorporar las siguientes estrategias de tratamiento y disminución de uso:
- Incorporar sistemas de captura y almacenamiento de agua de lluvia para usos no potables.
- Incluir sistemas de tratamiento de aguas grises y negras para su uso en riego e inodoros.
- Instalar duchas y grifos de bajo flujo.
- Instalar sanitarios de doble descarga o bajo consumo.
- Recuperar y reutilizar el agua condensada de equipos como aires acondicionados, refrigeradores u otros dispositivos.
En situaciones de aumento del nivel del mar, huracanes, inundaciones, lluvias torrenciales y tormentas, se pueden implementar las siguientes estrategias de mitigación:
- Mejorar el sistema de drenaje del terreno.
- Aumentar la capacidad de captación y tratamiento de aguas pluviales para su reutilización.
- Incrementar la altura de la planta baja en nuevas construcciones.
- Incluir estructuras como muros de contención, terraplenes, diques, manglares y otras medidas de protección contra inundaciones, erosión de ríos, avalanchas o deslizamientos de tierra provocados por lluvias intensas.
- Utilizar materiales y sistemas de construcción resistentes frente a fenómenos climáticos adversos como inundaciones y vientos fuertes.
- Emplear pavimentos permeables y vegetación para mejorar la capacidad de absorción del suelo.
- Instalar techos verdes u otras superficies verdes permeables.
- Integrar áreas inundables en espacios exteriores, entre otras medidas.
Ante un escenario que anticipa un aumento de temperatura debido al cambio climático, se pueden considerar estas estrategias en los edificios:
- Realizar diseños y/o modificaciones arquitectónicas que aseguren la ventilación natural cruzada.
- Implementar sistemas de protección solar y gestión de soleamiento en las fachadas, como por ejemplo el uso de parasoles.
- Colocar materiales aislantes térmicos en techos y paredes para optimizar el aislamiento de la edificación.
- Aplicar pintura o tejas reflectantes en techos y paredes exteriores.
- Emplear vidrios reflectantes o de emisividad térmica baja.
- Optar por soluciones naturales, como utilizar vegetación para brindar sombra o los techos verdes para mejorar el aislamiento térmico.
Asimismo, se recomienda adoptar un enfoque multi-amenazas durante la planificación de un proyecto, asegurándose de que se implementen medidas para mejorar la resiliencia frente a diversas amenazas además del cambio climático, como los sismos.
Fuentes consultadas:
Origo Arquitectura Sustentable.
Edificios verdes: lineamientos para la incorporación y contabilización de medidas de mitigación y adaptación al cambio climático, BID.
5 pasos para planificar edificios verdes y resilientes, Alexandra Alvear.