¿Qué son los jardines verticales?
Los jardines verticales o muros verdes son estructuras compuestas por plantas que se insertan en un medio de cultivo y se colocan en paredes en el interior o exterior de los edificios con fines estéticos (embellecen el espacio, crean un ambiente más natural y atractivo) o funcionales (mejoran la calidad del aire, reducen la temperatura, aumentan la biodiversidad, funcionan como barrera acústica).
¿Cómo están construidos?
Están construidos con una estructura esquelética colgada con secciones que contienen las plantas. Asimismo, algunos muros verdes cuentan con tuberías ocultas que hacen posible un mecanismo de auto riego, en otros casos, las plantas se deben regar manualmente.
Se pueden categorizar en tres tipos de sistemas comunes: sistemas de paneles/modulares, sistemas de bandejas y muros independientes.
Beneficios de los jardines verticales
Aportan valor a la biodiversidad al utilizar especies vegetales específicas, incluyendo plantas nativas y polinizadoras.
Se pueden incorporar especies con propiedades de purificación del aire, contribuyendo a su calidad.
Promueven la salud y bienestar de los ocupantes. Resultan particularmente beneficiosos en el caso de las oficinas, pues cada vez hay mayor evidencia de que las personas que laboran en un entorno con plantas son más productivas y sufren menos estrés que aquellas que trabajan en un espacio sin elementos naturales.
A diferencia del ladrillo o concreto, los muros verdes reflejan la energía solar, no la almacenan, por lo que tanto los jardines verticales interiores como exteriores ayudan a enfriar el aire en verano mediante la evapotranspiración, lo que puede contribuir a la eficiencia energética y confort térmico.
Los muros verdes ayudan a cumplir los objetivos ambientales y a alcanzar estándares de construcción como WELL y BREEAM.
Las personas se sienten naturalmente atraídas por espacios con elementos de la naturaleza (biofilia), por lo que contar con espacios como los jardines verticales resulta beneficioso para el valor de inversión en proyectos comerciales, haciendo financieramente más atractivo un edificio.
Respecto a los beneficios visuales, se puede diseñar un jardín vertical utilizando diferentes variedades de plantas con diferentes colores y floración, logrando mejorar de manera drástica la apariencia de un edificio, resultando más atractivo para sus ocupantes y la comunidad.
Jardines verticales exteriores
Los jardines verticales exteriores protegen a los edificios de las fluctuaciones de la temperatura, desvían el agua lejos de las paredes durante lluvias fuertes, además, brindan protección contra la radiación UV.
Para su implementación, se deben seleccionar plantas que sean más resistentes a las condiciones ambientales exteriores, tales como, algunas especies de enredaderas, suculentas y plantas que puedan soportar los cambios de estación (hiedra, helechos, salvia, entre otras).
Resulta fundamental contar con un sistema de drenaje eficiente para evitar que se acumule el agua y que las raíces se pudran.
En el caso de los muros verticales exteriores pueden necesitar un mantenimiento más frecuente debido a la exposición a los elementos naturales del ambiente (poda frecuente, riego adecuado, limpieza de plantas y estructuras).
Jardines verticales interiores
Implementar este tipo de jardín puede contribuir a la mejora de la calidad del aire interior, a la reducción del ruido, al aumento del bienestar de los ocupantes, a la mejora de la productividad, así como, a un diseño interior más atractivo.
Asimismo, se podría necesitar iluminación artificial para satisfacer las necesidades de las plantas, dependiendo de cuán disponible esté la luz natural en el espacio interior.
También se debe tener en cuenta que en los muros verdes interiores es fundamental mantener un equilibrio adecuado de la humedad para evitar problemas como la aparición de moho y la proliferación de insectos, por lo que los sistemas de riego deben ser controlados.
Fuentes consultadas: Viritopia, Ambius, Architizer.