Para entender el ciclo de vida en los Edificios Neto Cero se debe conocer la diferencia entre el «carbono operacional» y el «carbono incorporado». Estos dos conceptos son claves en la evaluación de la huella de carbono de un edificio o proyecto de construcción, pero se refieren a aspectos diferentes:
Carbono Operacional
- Se refiere a las emisiones de carbono que se generan durante la fase de operación y uso del edificio a lo largo de su vida útil.
- Incluye las emisiones asociadas con la energía utilizada para calefacción, refrigeración, iluminación, sistemas eléctricos, y cualquier otro proceso en curso en el edificio.
- Estas emisiones son directamente proporcionales al consumo de energía del edificio y pueden reducirse a través de la eficiencia energética y el uso de fuentes de energía renovable.
Carbono Incorporado
- Se refiere a las emisiones de carbono asociadas con la producción, fabricación, transporte e instalación de los materiales de construcción utilizados en el edificio.
- Incluye las emisiones de carbono liberadas antes de que el edificio entre en operación y a lo largo de su vida útil.
- Estas emisiones están relacionadas con la extracción de materias primas, la fabricación de materiales, el transporte de estos materiales al sitio de construcción y la construcción misma.
- Reducir el carbono incorporado implica la selección de materiales más sostenibles y la optimización de la cadena de suministro.
¿Por qué es importante la reducción del carbono incorporado?
- Contribución a las Emisiones Globales: Como se mencionó, la fabricación de cemento y la producción de acero son fuentes significativas de emisiones de carbono. Dado que una parte sustancial de estas emisiones está vinculada a la construcción de edificios, reducir el carbono incorporado en la industria de la construcción puede contribuir significativamente a la disminución de las emisiones de carbono a nivel global.
- Cumplimiento de Objetivos de Sostenibilidad: Muchos países y organizaciones tienen objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para combatir el cambio climático. La reducción del carbono incorporado es esencial para cumplir con estos objetivos y avanzar hacia una economía más sostenible y de bajas emisiones.
- Impacto a Largo Plazo: Aunque el carbono operacional (emisiones durante la fase de operación) de un edificio es importante, el carbono incorporado tiene un impacto significativo desde el principio y a lo largo de la vida útil del edificio. Reducir las emisiones iniciales de carbono puede tener un impacto positivo a largo plazo en la huella de carbono total del edificio.
- Economía y Eficiencia Energética: La reducción del carbono incorporado a menudo se asocia con la elección de materiales y métodos de construcción más eficientes y sostenibles. Esto puede llevar a la construcción de edificios más eficientes energéticamente y, por lo tanto, con menores costos de operación a lo largo del tiempo.
- Normativas y Regulaciones: Cada vez más, los gobiernos y las organizaciones están implementando regulaciones y estándares que requieren la reducción de las emisiones de carbono incorporado en la construcción. Cumplir con estas normativas puede ser esencial para obtener permisos de construcción y evitar sanciones.
En resumen, la reducción del carbono incorporado en la construcción es crucial para combatir el cambio climático, cumplir con objetivos de sostenibilidad, y construir edificios más eficientes y resistentes a largo plazo. Además, dado que gran parte de las emisiones totales de carbono de las nuevas construcciones proviene de las emisiones iniciales, es esencial abordar este aspecto para lograr una construcción más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
¿Por qué es importante la reducción del carbono operacional?
- Reducción de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero: Como se menciona, las medidas de eficiencia energética tienen el potencial de reducir un gran porcentaje de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Esto es esencial para combatir el cambio climático y limitar su impacto en el medio ambiente y la salud humana.
- Ahorro de Costos: Mejorar la eficiencia energética en edificios, maquinaria y sistemas puede resultar en un ahorro significativo en los costos operativos a largo plazo. Menos energía consumida significa facturas de servicios públicos más bajas y un retorno de la inversión más rápido en proyectos de eficiencia energética.
- Resiliencia y Durabilidad: Los edificios y sistemas más eficientes tienden a ser más resistentes y duraderos. Esto significa que son menos propensos a sufrir interrupciones en el suministro de energía y tienen una vida útil más larga, lo que reduce la necesidad de reemplazos costosos y reduce la generación de residuos.
- Mayor Confort: La eficiencia energética puede mejorar el confort en los edificios al proporcionar una temperatura más estable, una mejor calidad del aire interior y una menor variabilidad en las condiciones ambientales.
- Productividad: Entornos de trabajo y vida más cómodos y saludables pueden aumentar la productividad de las personas. Los trabajadores y residentes en edificios eficientes tienden a estar más satisfechos y ser más productivos.
- Descarbonización de la Red Energética: La eficiencia energética contribuye a la descarbonización de la red energética al reducir la demanda de energía. Esto facilita la transición a fuentes de energía renovable al disminuir la necesidad de energía de origen fósil.
- Cumplimiento de Regulaciones y Estándares: Muchos países y regiones tienen regulaciones y estándares que exigen niveles mínimos de eficiencia energética en edificios y equipos. Cumplir con estas regulaciones es esencial para la aprobación de proyectos y la operación legal de edificios.
En resumen, la eficiencia energética es una estrategia clave para abordar problemas críticos como el cambio climático, los costos operativos, la resiliencia y la calidad de vida. Además, contribuye a la descarbonización de la red energética y apoya la sostenibilidad a largo plazo en todos los sectores de la sociedad.